miércoles, 29 de junio de 2016

Violencia de género en la literatura juvenil

Hoy te recomendamos un libro:


Paula Bombara reeditó La chica pájaro, obra sobre una joven que se refugia en un árbol huyendo de un novio agresor y de un pasado signado por el maltrato familiar. La autora revela aquí que no cree en los finales cerrados

Con la fuerza poética que caracteriza su escritura, Paula Bombara (Bahí­a Blanca, 1972) construye en La chica pájaro una trama para jóvenes que hace eco en la violencia a partir de la historia de una adolescente que escapa, se protege y empodera colgada sobre su tela en un árbol, una novela que regresa a las librerí­as para abordar una problemática que la autora asocia con un enorme "silencio impuesto desde el afuera".
Editada por Norma, La chica pájaro se reimprime a un año de su publicación con una muy buena recepción por parte de sus lectores. No es la primera vez: Sólo tres segundos, El mar y la serpiente y Una casa de secretos siguieron el mismo camino. Y en todos esos libros, como en el último, Bombara, escritora y bioquí­mica, desanda desde "el estar" algunas búsquedas, como la de la identidad, la confianza, la justicia, el amor o el dolor.
"De pronto, Mara ve la oportunidad y abre la puerta del auto. Sale corriendo sin mirar los semáforos y cruza la avenida. El auto queda detenido. Eso la salva y le regala minutos. Eso hace posible el escape", comienza la novela. Tras su huida, Mara se refugia en una tela que pende de un árbol de una plaza –"ahí­ se siente leve como una mariposa"– y desde allí conocerá a Leonor, una jubilada dedicada al yoga, y a Darí­o que desde abajo contempla sus movimientos.
Sí, es una trama de violencia de género, pero es también una historia de amor genuino, de confianza para restablecer vínculos, de la existencia de muchas otras formas de relacionarse que nada tienen que ver con un golpe o un grito. Y no hay, como podría esperarse, un clásico final feliz. "Yo creo que cada final encierra un principio. La vida es una sucesión de situaciones que se van abriendo y cerrando al mismo tiempo", dice.
Es que para la autora, responsable de la colección de divulgación científica juvenil ¿Querés saber?, de Eudeba, los libros no se cierran con el punto final de su narrador ni con el último vistazo de sus editores: "Estoy convencida, quizá porque soy lectora, de que en realidad el libro se completa cuando hay un lector y ahí se abre. El otro se lo apropia. Los finales cerrados no existen, se lo dan los lectores".
Comprometida con la problemática de violencia, un día, camino de la escuela, junto con sus hijos fue testigos de una pelea a plena luz del día, entre una chica y un chico. "No pude reaccionar, separarlos, ni gritar. Me quedé mal, muy enojada. Pensé que si algún día me pasaba eso podría reaccionar, pero no. Lo que pude fue escribir", confiesa.
"A esa pareja le llegó muy tarde mi intervención, pero es lo que pude. La violencia me paralizó completamente. A veces podemos reaccionar en el momento y otras veces no. Me han dicho que el libro permite pensar esas posibilidades".
–En la novela, las formas de estar en el mundo de los personajes son ambiguas y, sin embargo, no recae sobre ellos un juicio valorativo, ¿es una decisión consciente?
–Cuando siento que una parte mía se está metiendo como posición, tomo distancia. Con el personaje de Mara, por ejemplo, me dejé llevar y cuando aparecí­a Paula, la madre, dejaba de escribir porque contaminaba mucho a Mara como personaje. Ella se tiene que equivocar. Yo estaba, en todo caso, cuidándola de lejos, pero intentando no juzgarla.
–Toda su literatura tiene una perspectiva de derechos humanos, ¿cómo entiende esta mirada?
–No es una mirada intencional, en tanto y en cuanto no me siento con esa intención a escribir. Me siento a escribir cuando me siento motivada por una historia o un personaje. En la escritura sale todo lo que una trae. En mi caso, la búsqueda de justicia es parte de mi identidad por la vida que me tocó desde pequeña, la búsqueda de los restos de mi padre, de sus asesinos (NdR: Daniel Bombara, fue desaparecido en 1975). En realidad, detrás de todo eso está la búsqueda de comprender por qué. Con la violencia no entiendo por qué en el momento de decidir si ir en una relación por la empatí­a, hay otros que eligen ir por la violencia. Es algo que viene de generaciones y generaciones, y son mecanismos muy complejos de desarmar.
–¿Y qué elige como narradora?
–Elijo tratar de entender, el diálogo, la necesidad de poner la violencia en palabras y de escribir pensando en un estar, de cómo estar en la vida.

sábado, 25 de junio de 2016

Primer Índice Nacional de Violencia Machista Argentina

Holaaa, te dejamos está breve encuesta  de la página : http://contalaviolenciamachista.com/Tambien te podes sumar al facebook: Primer índice nacional de violencia machista.
Comenzar la encuesta.
¿De qué se trata?

Lo que logramos el 3 de junio con #NiUnaMenos no debe quedar en la nada.
Tenemos un proyecto que sólo puede concretarse con tu colaboración. 
Queremos saber cómo está nuestro país en relación con la violencia machista. 
Se trata sólo de responder una serie de preguntas para describir en detalle esta problemática.

Podés contestar el formulario en momentos diferentes hasta terminarlo. 
Tu participación es anónima. 

Los datos serán útiles para todas y todos.
Te informamos que esta encuesta es válida solo para Argentina.

Muchísimas gracias.
 COMENZAR LA ENCUESTA

jueves, 23 de junio de 2016

"Velada de Artistas": En el Marco de acciones de lucha contra la violencia de género


Hoy  jueves 23 a las 21hs en el Hall de Casa de la Cultura.  Se realizará una “Velada de Artistas” dentro del marco de las acciones de lucha contra la violencia de genero “Ni Una Menos”.

 En el encuentro habrá proyecciones, intervenciones teatrales, poesías, canciones. 
La charla está organizada por el Centro de Estudios Patagónicos
La entrada es libre y gratuita. ¡Los esperamos!

miércoles, 22 de junio de 2016

El Gobierno no es para mujeres

LAS MUJERES OCUPAN EL 22 POR CIENTO DE LOS CARGOS POLÍTICOS DEL PODER EJECUTIVO. (extracto Nota Pagina 12)

Según un informe de GPS del Estado (un proyecto de Cippec y ASAP sobre las autoridades del Sector Público Nacional) las mujeres representan el 50 por ciento de la fuerza de trabajo empleada por la administración central del PEN (aunque el dato no contempla a las fuerzas de seguridad y defensa). Sin embargo, a medida que se avanza en la pirámide y se llega a las altas esferas de poder, la igualdad se va desbaratando.
“Los cargos jerárquicos de conducción política son aquellos que suponen la titularidad de ministerios, secretarías y subsecretarías. Estas autoridades son designadas y removidas a través de un decreto, resolución o nota por una autoridad del gobierno nacional, por lo que suponen ocupaciones basadas en la confianza o afinidad política, fundamentalmente”, explica el informe.
Si bien el gobierno actual mantiene la composición de género del gabinete de Cristina Fernández de Kirchner, que al iniciar su segundo mandato tenía un 22 por ciento de los cargos de conducción política en manos de mujeres, “se observan caídas en la participación de mujeres en puestos de conducción política a nivel ministerial. Actualmente, el 14 por ciento de los ministerios (3 de 21, incluyendo la Jefatura de Gabinete de Ministros) están dirigidos por mujeres, mientras que en 2011 ese porcentaje era del 19 por ciento (3 de 16)”, dice.
“Por otra parte, la cantidad de ministerios que están por debajo del 15 por ciento de participación femenina en cargos políticos pasaron de ser 4 en 2015 a 7 en 2016”, agrega.
Además, señala que los niveles más bajos de participación femenina se dan en el nivel de las secretarías: “Sólo el 13 por ciento de las secretarías estaban ocupadas por mujeres en 2011. La misma cifra se repite para 2016. Las subsecretarías, en tanto, presentan los valores más altos para ambos años, con un 27 por ciento de mujeres en 2011 y un 26 por ciento en 2016”.
Otra tendencia preocupante es que las mujeres ocupan espacios políticos en carteras feminizadas, por lo tanto su participación es mínima en ministerios cuyas áreas de trabajo son consideradas “masculinas”. Por ejemplo: Defensa (0 por ciento de participación femenina en cargos políticos en 2016 contra un 11 por ciento en 2011).
Por su parte, en los ministerios que abordan temáticas sociales la presencia femenina es considerablemente mayor. Esto se observa claramente en los de Desarrollo Social (56 por ciento de cargos políticos en manos de mujeres en 2016 contra 50 en 2011), Educación (27 por ciento en 2016 contra un 29 en 2011) y Salud (40 por ciento en 2016 contra 20 en 2011).
Por todo esto, el informe concluye que “el nivel de penetración femenina en los puestos de conducción política del Poder Ejecutivo Nacional es bajo”. Página/12 profundizó en el informe en una entrevista con Agustina Valsangiacomo, analista del Programa de Gestión Pública de Cippec.
–Encontraron dos datos básicos: que las mujeres ocupan menos lugares en cargos altos de ministerios y que además están más abocadas en los tradicionales temas femeninos ¿Qué explicación encuentra para estas tendencias?
–La incorporación creciente de las mujeres al mercado laboral (tanto privado como público) vino acompañada del desplazamiento de la mujer a ciertos ámbitos ocupacionales específicos, habitualmente considerados “femeninos”, que abordan problemáticas asociadas a las tareas y el rol que la mujer desempeñó históricamente en el hogar y que son poco valorados. En este sentido, y con esta pesada herencia, la participación de las mujeres en ámbitos profesionales más “masculinizados” aún es incipiente, aunque se encuentra en ascenso.
–El informe dice que se trata de mecanismos de “segregación ocupacional” ¿para los gobiernos es visto de este modo?
–Creo que muchos de estos mecanismos que hoy operan sobre las mujeres en su desarrollo profesional se encuentran tan arraigados a nuestra cultura que no despiertan la atención de muchos. Esta naturalización se corresponde con que nuestras sociedades responden a patrones culturales propiamente patriarcales que, pese a los enormes avances realizados en las últimas décadas, continúan otorgándole a la mujer un rol principalmente reproductivo. Sin dudas es difícil desnaturalizar, cuestionar y romper con estos estereotipos de género tan arraigados, pero creo que de a poco y con un Estado activo y presente que trabaje la cuestión de género desde una perspectiva de derecho, vamos a lograr generar cada vez mayor conciencia al respecto.
–En estos días la única mujer en la Corte Suprema dijo que no estaba segura de que el cupo fuera necesario para que en la Corte Suprema los cargos vacantes fueran cubiertos por al menos alguna mujer, finalmente fueron ocupados por dos varones. ¿Los mecanismos de discriminación positiva como el cupo y más aún la paridad, son necesarios para transformar esa “segregación ocupacional”?
–En tanto herramienta equilibradora de las desigualdades del sistema político, la ley de cuotas ha cosechado resultados positivos en distintos lugares del mundo, incluida la Argentina. No obstante ello, los resultados positivos de la Ley de Cuotas no están garantizados por su mera promulgación. Puede suceder que se “cumpla con la norma sin cumplir con su espíritu”, es decir, que se coloque a las mujeres en posiciones de la lista en las que tienen ínfimas posibilidades de ocupar efectivamente el cargo. En este sentido, además de establecer una ley de cuotas, para que esta sea efectiva es necesario que se fije una distribución obligatoria, paridad en las listas y sanciones concretas para quienes incumplan.
–¿Qué otros mecanismos o políticas son necesarias para que las mujeres ocupen más espacios de decisión en el ejecutivo?
–Las dificultades que enfrentan las mujeres en el acceso y ascenso en sus puestos de trabajo, excede y trasciende la sanción de una Ley de Cuotas para la administración pública. Si queremos pensar en un mercado laboral que además de paritario sea equitativo es necesario disminuir las desigualdades existentes más primarias e invisibles (techo de cristal). Para esto debemos trabajar en una política nacional de cuidados que alivie la sobrecarga en tareas domésticas no remuneradas que pesan sobre las mujeres, y diseñar políticas que promuevan su autonomía económica y su poder de decisión.
–¿Por qué es importante que las mujeres ocupen puestos de poder en la gestión pública?
–Es fundamental que a la mujer no se la excluya ni limite en sus posibilidades de crecimiento profesional por su condición de género en ningún mercado laboral, ni público ni privado. La baja tasa de participación de mujeres en cargos directivos no es una realidad exclusiva del sistema político, pero colocamos en este caso, especial énfasis en la administración pública porque consideramos que es menester que el Estado oficie de arquetipo de inclusión de género. Hay que evitar el doble discurso. Si el propio Estado reproduce mecanismos de segregación de género, difícilmente pueda romper con aquellos que el sector privado presenta, incluso con niveles más altos. Además, si dejamos rezagado a un sector que representa a más de la mitad de la población y sin la posibilidad de ascenso real en el mercado laboral, desperdiciamos un enorme potencial que incide negativamente en el crecimiento económico del país.

martes, 21 de junio de 2016

Noviazgos violentos

Las relaciones se vuelvan violentas cada vez a edades más tempranas.

Desde el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación se  observa con alarma que una de cada diez consultas que reciben por violencia de género se trata de noviazgos violentos
Las víctimas de los noviazgos violentos suelen ser mujeres de entre 14 y 21 años y los rasgos fundamentales de estas relaciones son la asimetría de poder y la dominación que ejerce uno sobre otro, el sometimiento y la posesividad, que llevan a la mujer a un estado de indefensión, caracterizado por el aislamiento, la baja auto estima, la negación de la situación y la dependencia emocional.
En General Roca, la Comisaria de La Familia  trabaja en la prevención de la violencia en el noviazgo
La Comisaría de la Familia dependiente de la Unidad Regional II, comenzó a dictar los talleres denominados “Basta de Cuentos: la Violencia NO es Amor”, con el objetivo de trabajar con adolescentes en la prevención de noviazgos violentos.
Si queres solicitar que vayan a tu escuela a dar la charla o comunicarte con este programa hacelo a traves del face: BASTA De Cuentos la violencia NO es amor
Los talleres están destinados a adolescentes que se encuentren cursando el tercer año en las escuelas Secundarias de la Ciudad, con quienes se pretende generar espacios de reflexión que permitan desnaturalizar conductas que obstaculizan construir relaciones afectivas en un marco de equidad y respeto mutuo entre adolescentes, propiciando la detección precoz de la violencia. Esto, debido a que muchas parejas jóvenes viven situaciones de violencia y no se dan cuenta; el control permanente, las críticas, escenas de celos, humillaciones y gritos son situaciones de maltrato que provocan tristeza, incomodidad, inseguridad y malestar en las personas que las sufren y pueden conducir a situaciones de violencia física, psicológica y/o sexual.
Algunos síntomas a tener en cuenta:
Siempre quiere saber dónde estás
Los hombres controladores no pueden soportar la idea de no saber dónde estás o qué estás haciendo. Este tipo de hombre tiene que conocer exactamente tus movimientos, de no ser así te llama sin parar y no deja de enviarte mensajes. Necesita saber lo que haces.

Te controla el celular
"¿Quién te ha enviado ese mensaje? ¡Déjame ver!", "Ese nombre me suena pero... ¿De qué lo conoces?" Si estas frases son familiares para ti es que estás ante un hombre que no respeta tu intimidad. Él cree que tu celular es una extensión del suyo y que por ello puede ver todo. Existen unos límites entre compartir nuestra vida a hacer que sea una única en la que él vigile todo sin dejarte tu propio espacio.



Todo lo sabe
Hay una gran diferencia entre ser un "sabelotodo" e imponer opiniones. Los hombres así tienen que llevar siempre la razón, conozcan o desconozcan el tema, no aceptan ningún comentario o critica a lo que ellos dicen. Tu libertad de expresión está totalmente limitada.
Controla tus amistades

No soporta que salgas un fin de semana con tus amigas y te presiona para que te quedes con él excusándose con que le dejas solo. No quiere que estés con tus amigas, tan solo tú y él.
Obsesivo
Tratar con un fanático del control puede ser agotador, especialmente cuando tu pareja está siempre a la defensiva por todo lo que haces. Cualquier cosa lo enoja y obsesiona, como por ejemplo que quites la hora de conexión del Whatsapp.